Entradas
En la web de la Institución Teresiana se recoge la crónica de nuestro encuentro asociativo que celebramos los días 11 y 12 de abril de este año, en Ávila, que es sin duda este año la ciudad más relevante, espiritualmente hablando, de la Comunidad.
El marco donde se realizó, el CITeS (La Universidad de la Mística), también hace referencia a la Santa, que se mantuvo presente en todo el encuentro.
El Encuentro
El encuentro, tras el momento de la acogida, oración y presentación, estuvo marcado por la charla de Sofía Santiago Serna sobre “Oración y Estudio”. Sofía comenzó destacando la “plenitud que nos brinda la pascua de Jesús en esta tierra preciosa de Santa Teresa”, y nos propuso “escuchar el corazón de nuestro mundo, de este querido y dolorido mundo” desde “la sencillez y la hondura de un carisma, anclado en dos pilares: oración y estudio”, brindándonos un rato de caminar juntos. “Ya es tiempo de caminar”, propone la Santa.
Concluimos la mañana con oración y reflexión personal y comenzamos la tarde con el trabajo en dos grupos que pudimos luego compartir en Asamblea, reseñando algunas cuestiones:
Agradecemos este año dedicado de forma especial a Santa Teresa, en lo que significa a la hora de abordar la oración, y por lo que manifestamos una respuesta agradecida.
Consideramos la oración como algo fundamental, aunque muchas veces de forma inconsciente.
Damos mucho valor a la “oración-vida”, en la que se sumerge todo lo cotidiano, que sería bueno enmarcar con gestos concretos y mejorar la meditación.
Necesitamos crear tiempos para la oración y el estudio, como decía Santa Teresa “una determinada determinación”.
Mantener el hilo conductor de la jornada, dando gracias por todo el día. La oración como relación de amistad, intentando sentirnos en su presencia.
A la hora de compromisos, uno de los grupos propuso que, al comienzo del día, poner en presencia del Señor el quehacer del día, las personas, acontecimientos, tareas, etc. Con la oración de Pedro Poveda: "Señor, que yo piense lo que tú quieres que piense; que yo quiera lo que tú quieres que quiera; que yo hable lo que tú quieres que hable; que yo obre como tú quieres que obre. Esta es mi única aspiración".
Constatamos distintas formas de entender la oración, estando abiertos a otras formas y considerando positivo conocer y profundizar los diferentes recursos de oración, dando respuesta a interrogantes como: ¿Qué es lo que a mí me ayuda? ¿Qué tipo de personas estamos formando?
Consideramos que la fe se puede quebrar, que no somos valientes, que el miedo constituye una fe débil… y la falta de audacia, por lo que tenemos necesidad de “fiarnos” de Él, ponernos en sus manos. Sentimos que compartimos manifestaciones de la fe. Necesitamos pedirla todos los días, alimentarla y agradecerla.
El otro grupo se planteó tratar de confrontarse frente a alguna cuestión emergente y significativa de nuestro entorno, el profundizar en ella para poder afrontarla de forma competente.
Tras la información económica llegó la eucaristía que puso fin al programa de la jornada. En la eucaristía tuvimos la visita de miembros de la Institución Teresiana de Ávila, entre las que queremos reseñar a Carmen e Isabel, las “gemelas” de Ávila, miembros de nuestra Asociación. Carmen, delicada de salud, quiso asistir y celebramos el tenerlas un rato con nosotros.
Visita por Ávila
El domingo 12 nos movimos por Ávila. Visitamos La Encarnación, Santa Teresa y la Sede de la IT, que se abrió a nosotros como casa propia y nos ofrecieron un tentempié confortador, expresión concreta de una magnífica acogida.
Carmen García Herrero
Cuando escribimos estas letras, ya hemos vivido la partida de Carmen, que falleció el pasado 6 de junio. Carmen había sido nuestra primera Presidenta, en los primeros días de la Asociación hace once años, y siempre ha sido un ejemplo de entrega y compromiso con la Asociación, con la Institución Teresiana, con la Iglesia y con esa humanidad-verdad que quería ayudar a construir, al estilo de San Pedro Poveda. Nos unimos a todos los que viven estos momentos tratando de compartir la gratitud por la vida de Carmen, desde el dolor y la esperanza, y especialmente con Isabel, que vivía con Carmen una hermandad y una unión trascendente, profunda, generosa y llena de frutos.
