jueves, 3 de diciembre de 2015

Crónica del encuentro de la Federación ACIT de España

Nos hacemos eco de la magnífica crónica de Juan Antonio Marín publica en la web de la I.T., en relación con el encuentro convocado por la Federación ACIT de España, con motivo de los 25 años desde la aprobación de los Estatutos, que se realizó los días 14 y 15 de noviembre en Santa María de Los Negrales, con asistencia de miembros de nuestra Asociación:

La crónica aborda el encuentro bajo el lema "Luz, sal ... también barro", que se desarrollo en la reflexión sobre la vocación ACIT y su compromiso dentro de la Institución Teresiana. Ciento treinta asistentes de toda España, que amanecieron sobrecogidos por el terrible atentado de la noche anterior en París, que, de alguna forma, les hizo no despegar sus pies del suelo y ser más sensibles a la compleja realidad del momento presente. Iniciaron el día con una oración serena, donde Santa Teresa se hace presente y lanza una pregunta: ¿Y si nos llamas, Señor, qué otra cosa podemos hacer que darnos del todo al todo sin hacernos partes?

En la apertura Fernando Melgar, Presidente de la Federación ACIT España, da la bienvenida y enmarca el encuentro. Recuerda el significado de los Estatutos de 1990 como agente que cambia la fisonomía de la IT y lo que es más importante, cambia la vida de muchas personas ligadas a ella. La vocación a la que hemos sido llamados es un compromiso de fe y de vida, estamos llamados a ser testigos del Evangelio. 




A continuación, Lola Martín, vicedirectora de la I.T., en un relato que avanza, hace reflexionar sobre el valor de la doble llamada recibida: reconocer que es Jesús quien nos llama a ser parte activa de un todo y, llamados, como miembros I.T, en palabras de Pedro Poveda, a una obra grande, atrevidísima, llena de Dios (¿estamos dando una respuesta adecuada?). Esta doble llamada, Lola Martín, invita a vivirla en comunidad, a hacer el camino juntos: juntos en el Señor reconociéndonos individualmente acompañados por Él; juntos en la Iglesia a la que pertenecemos; juntos dentro de la I.T, entre nosotros, convocados a la misión; juntos con todos los hombres y mujeres de nuestro tiempo; juntos con toda la creación que espera nuestro cuidado, espera la paz, la justicia, la belleza. La celebración de los 25 años de los Estatutos, por tanto, hace volver la mirada a la historia y desafía hacia el futuro. “Es, pues, un trabajo de memoria lanzada al futuro”. Memoria agradecida, pero también una “memoria profética”, una obra pensada en nuestro tiempo, con un discurso claro, que nos compromete, personal, comunitaria y asociativamente en la lucha para hacer realidad esa nueva tierra que vislumbramos y que suplicamos llegue pronto (como nos insta el Papa Francisco) “… ninguna familia sin vivienda, ningún campesino sin tierra, ningún trabajador sin derechos, ningún pueblo sin soberanía, ninguna persona sin dignidad, ningún niño sin infancia, ningún joven sin posibilidades, ningún anciano sin una venerable vejez” .



Tras este primer momento de presentación, Arantxa Aguado, directora general de la I.T. en la fecha de aprobación de los Estatutos, en su conferencia les trasladó con el brillo de su mirada, con sus gestos, el entusiasmo y cierto nerviosismo con el que se vivió todo el proceso en los días entorno al 21 de noviembre de 1990. Ella fue testigo y ofrece su memoria celebrativa, que le ha servido de excusa para ordenar recuerdos, casi como poner en orden un álbum de familia, memoria emotiva, cargada de afectos. Se trata de celebrar el don recibido, de reconocer el valor de los estatutos que nos une como “comunidad de testigos”, que encuentra su identidad en la experiencia espiritual de encarnación.



Tras la intensa mañana y el almuerzo, se inició la tarde con una mesa de testimonios y experiencias. Testimonios concretos de miembros de la I.T. de distintas edades y recorridos personales, con una reflexión sobre la vocación y el compromiso, sobre cómo vivir la vocación en aquel lugar donde nos encontramos: familia, trabajo, amigos… al modo que Pedro Poveda nos pide.



Terminados los testimonios individuales, a media tarde, iniciaron un taller “Llamados a vivir una vocación hoy”, para compartir y reflexionar en pequeño grupo sobre enfoques concretos de la vocación y la forma de vivirla hoy, dejándonos guiar por textos seleccionados de Pedro Poveda, haciendo referencia a cada uno de estos aspectos: Trabajo/profesión, Iglesia, Familia, Jóvenes, Educación, Oración, Desfavorecidos, Estudio, Sociedad/Mundo, Espiritualidad, Fraternidad , Evangelización.
Como Pauta se plantean cuestiones para reflexionar a nivel personal y después compartir: ¿Qué vivo yo?, ¿Qué me gustaría vivir?, ¿Qué resistencias tengo? ¿Qué obstáculos?, ¿Qué ayudas necesito?. Se pretende responder a ¿Dónde y cómo podemos ser sal?




Tras la Cena tuvieron la sorpresa de contar con Luis Guitarra, cantautor, y Carmen Sara, “cuenta cuentos”, con sus “Relatos y canciones para despertar el alma”, intercalando sus dos modos de trasmitir durante aproximadamente hora y media de actuación.
A primera hora de la mañana estaban convocados a la Eucaristía. En el momento de la paz se unieron en un silencio orante, comprometidos con la PAZ . Ante los hechos más recientes, busquemos como respuesta caminos de paz.

Juan Antonio Marín destaca uno de los momentos que dieron dimensión del encuentro, del regalo de la vocación compartida, de la profundidad comunitaria y de fe de la Obra de Pedro Poveda en la que sentimos integrados fue, tras la acción de gracias, la renovación del compromiso. En una única voz nos unimos todos los miembros de la I.T presentes (Asociación Primaria y ACIT): 
“La fuerza de mi vocación, la invitación que Cristo me hace seguirla, el sentirme elegido/a, llamado/a por Dios; el haber encontrado en mi camino a la Institución Teresiana y unirme a ella acogiendo su carisma y misión como estilo personal de vivir mi fe, de evangelizar y crecer como personas.
Yo …………. miembro de la I.T. ratifico hoy ante mi comunidad, mi deseo de continuar haciendo vivo mi compromiso y reitero mi actitud de fidelidad a Dios, en mi vocación, como miembro activo de la Institución Teresiana.
Confío en la fuerza del Espíritu, en la mediación de María “haced lo que El os diga”, en el apoyo de mi grupo más cercano, en la Asociación a la que pertenezco y en la gran familia teresiana que es la Obra buena inspirada a San Pedro Poveda, para vivir la vocación a la que he sido llamado”.

En esta crónica podemos ver con más detalle la presentación del proyecto de la I.T. en Bolivia, por Antonio Rodríguez, miembro ACIT, la presentación de InteRed por María del Mar Palacios, en la que también nos recuerda, el reciente convenio de colaboración Federación ACIT/InteRed con el objetivo de ampliar su base de socios y mejorar la financiación, y el Proyecto de las Cuevas en Guadix por Jorge Fernández. 
Y concluimos con las ultimas palabras de la crónica de Juan Antonio Marín:



"Tras estas dos intensas jornadas nadie regresa igual, los abrazos, los besos son muestras de cariño, de hermandad y también de envío mutuo, de impulso, una forma de transmitirnos fuerzas para que nos dejemos guiar en cada lugar, que seamos luz y seamos sal, pero también consciente de que nuestro compromiso implica “remangarnos”, trabajar con el barro, sin miedo a mancharnos las manos… ¿Y si nos llamas, Señor, qué otra cosa podemos hacer que darnos del todo al todo sin hacernos partes?"